MAR
2003-11-28 14:28:26 UTC
Este poema de Velaza, seguramente, le va a encantar a Indah (que ya lo
conocerá) y también a Blanca, por ese constante asociar física con poesía.
Besos
MAR
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CAMBIO DE SENTIDO
A Pepe Alfaro
No creo, a fin de cuentas, que sea tan difícil.
No solicito un cambio de dirección, de punto
de aplicación, tampoco que se alargue o se abrevie
el vector de la extraña magnitud que llamamos
el tiempo.
Ni que nadie modifique el azar
de sus intersecciones. O que deje de ser
un absurdo segmento enlazando dos nadas.
Con menos me conformo -he aprendido a pedirle
poca cosa a la vida-.
Que, mirándolo bien,
sería suficiente con cambiar el sentido
de esa recta, invertir su discurso y que avance
justamente al revés.
Que sea su comienzo
una aniquilación devastadora, prólogo
de un dolor que se vaya mitigando y, después,
la impotencia manchada de decepciones deje
paso a una madurez ajetreada y ciega.
Así se llegaría, descriando a los hijos,
a olvidar enseñanzas de manuales y amores,
y, después de reír la indolencia del juego,
zambullirse en el amnios inconsciente y al fin
ir mermando las células hasta desvanecerse.
Bastaría con eso y de tal modo
Lo habría hecho un dios.
No sé si lo que pido
Es posible, la física nunca ha sido mi fuerte.
Javier Velaza
Los Arrancados
conocerá) y también a Blanca, por ese constante asociar física con poesía.
Besos
MAR
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CAMBIO DE SENTIDO
A Pepe Alfaro
No creo, a fin de cuentas, que sea tan difícil.
No solicito un cambio de dirección, de punto
de aplicación, tampoco que se alargue o se abrevie
el vector de la extraña magnitud que llamamos
el tiempo.
Ni que nadie modifique el azar
de sus intersecciones. O que deje de ser
un absurdo segmento enlazando dos nadas.
Con menos me conformo -he aprendido a pedirle
poca cosa a la vida-.
Que, mirándolo bien,
sería suficiente con cambiar el sentido
de esa recta, invertir su discurso y que avance
justamente al revés.
Que sea su comienzo
una aniquilación devastadora, prólogo
de un dolor que se vaya mitigando y, después,
la impotencia manchada de decepciones deje
paso a una madurez ajetreada y ciega.
Así se llegaría, descriando a los hijos,
a olvidar enseñanzas de manuales y amores,
y, después de reír la indolencia del juego,
zambullirse en el amnios inconsciente y al fin
ir mermando las células hasta desvanecerse.
Bastaría con eso y de tal modo
Lo habría hecho un dios.
No sé si lo que pido
Es posible, la física nunca ha sido mi fuerte.
Javier Velaza
Los Arrancados